viernes, 20 de febrero de 2015

La teoría del pote de humo y los dilemas de la oposición.

“No pisemos el peine”.

Fueron las palabras de un amigo al analizar el secuestro de Ledezma por parte del Sebin. Al igual que él, numerosos analistas y dirigentes de oposición creen en la teoría del pote de humo.

No voy a negar que desde el poder se pueden concebir acciones destinadas a distraer la atención de la opinión pública o la agenda del rival hacia un tema que conviene al gobierno, pero definitivamente estoy en contra de creer que todas las acciones políticas del gobierno son un pote de humo para desviar nuestro foco de los temas económicos y sociales. No todo es un peine, y aquí aprovecho para responder a mi amigo, y en particular a numerosos dirigentes y analistas de oposición.

Tampoco quiero caer en debates estériles sobre cuáles temas son más relevantes: Si los político-institucionales, o los económico-sociales. Ambos importan, y mucho. De nada sirve que haya descontento social por razones económicas si no puedes canalizar el mismo a través de medios institucionales, o si no puedes presentarte como alternativa porque la población no te conoce debido a la censura. De igual forma, de nada sirve luchar por democracia si no capitalizas el descontento social que te hará mayoría y así te permita ganar elecciones en democracia. Eso es un debate que debería estar superado.




Sólo quiero llamar la atención sobre la verdadera intención del gobierno al llevar a cabo esta clase de iniciativas. El PSUV desde hace años tiene una clara agenda: Controlar y retener el poder a través del debilitamiento de la sociedad y el fortalecimiento del Estado y factores de poder allegados al PSUV. En ese sentido, no sería absurdo creer que la mayoría de sus acciones van destinadas a cumplir dicho fin.

Con acciones como la de ayer, el PSUV podría estar matando dos pájaros de un solo tiro: Encierra a Ledezma y logra así los objetivos de intimidar a la disidencia y mermarla en su capacidad operativa a través del control de uno de sus actores, y al mismo tiempo logra llevar la atención y agenda de la oposición a temas de conflictividad y polarización, logrando que no nos enfoquemos en la brutal inflación que nos tiene pelando, y la nefasta escasez que destruye nuestra calidad de vida.

Lo tonto de nuestra parte sería separar ambas cosas, y pensar que son incompatibles. Las dos están íntimamente relacionadas, por lo cual lo inteligente es vincularlas. No hay dilema alguno. Estamos pelando porque no hay democracia, y para vivir bien debemos recuperar la misma, por lo cual no son luchas distintas. El cambio de gobierno es una prioridad.

Ledezma no es un pote de humo. Ceballos tampoco, Leopoldo tampoco, la tumba tampoco. Son acciones intencionales del gobierno destinadas a someter y reprimir . Que dichas acciones desvíen la atención del pueblo hacia temas meramente políticos es para el PSUV lo que los economistas llamarían una "externalidad positiva". Es decir, la verdadera intención es reprimir. Desviar nuestra atención es para ellos solo un beneficio adicional

¿Qué hacer al respecto? Sencillo: No pisemos el peine de creer que esto son potes de humo. Son amenazas serias en contra de todo lo que se atreve a poner en peligro la estabilidad del gobierno en el poder. Pero tampoco pisemos el peine de perder el control y enfocarnos únicamente en los presos políticos, porque así no sumaremos fuerzas.

Lo inteligente es darnos cuenta que la crisis económica y social se debe al terrible régimen político que nos gobierna. Por tanto, para solucionar la crisis económica y social, debemos cambiar el régimen político.

Si queremos que nos rinda la plata, que encontremos productos y que haya seguridad, gente como Ledezema, Leopoldo y Ceballos deben regresar a la calle para hacer presión y exigir al gobierno que haga los cambios necesarios, y de no hacerlos, se les debe presionar para que abandonen el poder, pues voluntariamente no lo van a hacer. Esto es un curso de acción que deberían seguir todos en la oposición.

Si queremos vivir mejor debemos recuperar la democracia, y eso empieza por darnos cuenta que estos no son potes de humo, sino la verdadera razón por la cual estamos en crisis: Un gobierno dictatorial que quiere someter al pueblo con miseria. El pueblo ya hizo su elección, y así lo reflejan los números: Aprox. 70%  de los venezolanos está molesto con la situación económica, y ese mismo porcentaje quisiera cambios en el gobierno . Sólo falta el liderazgo que lo canalice, y al parecer el gobierno mete preso a todo el que intenta asumir dicha responsabilidad.

¿Pote de humo?

No lo creo. Se llama estrategia.