jueves, 26 de junio de 2014

Sobre mordiscos y sanciones. ¿Fue justa la decisión de la FIFA?


El fútbol es simplemente hermoso. Sólo en este deporte un individuo puede ilusionar a millones de personas marcando un gol para su equipo, y romperle el corazón a otros cientos de millones que sufren la derrota del suyo gracias a ese mismo gol.

El fútbol es en muchas cosas como la vida misma, pero incluso más intenso. Son muchas las analogías de este deporte que nos permiten entender un poquito mejor la vida, e incluso nos enseñan a vivirla como individuos, y también como sociedad.

La sanción que hoy impuso la FIFA a Luis Suárez es un claro ejemplo de esto. El debate sobre el castigo al charrúa (9 partidos sin jugar para Uruguay, y 4 meses para el Liverpool) es, en el fondo, el mismo debate que existe en torno a la pena de muerte, en torno a los impuestos, y otras tanta medidas que buscan regular nuestra convivencia.

Los memes en torno a la acción de Suárez resultaron muy graciosos. Decidir que sanción imponer fue un asunto más serio.

El tema más polémico en torno a la decisión de la FIFA es sin duda la proporcionalidad del castigo, como también si la aplicación de la norma ha sido justa. Para ver con mayor claridad el asunto, podemos adentrarnos un poco en la filosofía de la justicia criminal, donde existen distintas teorías que buscan explicar por qué se aplica un castigo. Las más importantes son:


  • ·     Retribución: Este principio busca impartir sentido de justicia al a la persona que sufre el crimen. Ya que no se puede regresar al status anterior al incidente, se da "algo" al afectado para que sienta que se ha hecho justicia.

  • ·     Reforma: En este principio el castigo se aplica bajo la creencia que la persona cambiará su conducta y se convertirá en alguien de bien luego de haber sufrido la sanción.

  • ·     Disuasivo: El castigo se aplica como ejemplo para que el resto de la sociedad sepa lo que sucederá si se portan mal. Busca disminuir la incidencia en delito.

En principio, estos son los justificativos para castigar en casi cualquier contexto. Visto esto, cabe preguntarnos: 
¿Fue proporcional y justa la sanción de la FIFA?

En principio, sí. Es proporcional porque la acción cometida requería un castigo más o menos de esa magnitud, ya que ofrece un disuasivo para que otros no la cometan, retribuye a Chiellini y a Italia por la ofensa recibida, y esperamos que efectivamente la sanción ayude a que Suárez no caiga en esta conducta de nuevo.

Ahora bien, ¿la sanción es justa?

A priori uno puede decir que sí. Sin embargo, bajo este precedente la FIFA enfrenta un reto, y es que si la organización pretende ser justa (entendiendo justicia como dar a cada quién lo que se merece) deberá, de ahora en adelante, castigar con la misma severidad acciones similares. No más Pepes pisando con los tacos a rivales que se encuentran en el suelo, no más Zidanes dando cabezasos a sus rivales (aunque él también recibió 3 partidos de sanción -que no cumplió, pues se retiró-) ni demás atrocidades del fútbol dentro de la cancha.

Evidentemente hay muchos otros aspectos a tomar en cuenta con respecto a las normas y la aplicación de las mismas, a saber: La inclusión que tengan quienes se someten a la norma en el proceso de elaboración de las mismas, los incentivos que tengan los individuos para cumplirlas, la pertinencia y legitimidad de las reglas, entre otras tantas cosas.

Sin embargo, lo cierto es que que la FIFA (como cualquier otra autoridad en el mundo) debe ser muy cuidadosa en la elaboración, comunicación, explicación y aplicación de las normas en el deporte. El fútbol es algo muy bonito como para convertirlo en algo injusto. La vida también.